El Cromosoma 2
De alguna manera todos sabemos que existe algun tipo de parentesco entre la especie Humana y los Simios. Pero... ¿Qué pruebas puede ofrecer la genética a tal afirmación?
Según los genetistas la prueba más importante surge a partir de una Mutación Cromosómica hace aproximadamente 8 millones de años que sirvió como mecanismo a la especiación.
En primer lugar, todos los miembros Hominidae tienen 24 pares de cromosomas, menos los humanos que tenemos solamente 23 pares.
En la siguiente figura podemos contrastar la similitud entre nuestros cromosomas y los del chimpancé, con el cual compartimos además, un 98% de nuestra información genética.
Uno de los argumentos más frecuentes acerca de un ancestro común es la similitud entre el cromosoma 2 de los humanos y los comosomas 2a y 2b del chimpancé.
El cromosoma humano 2 tiene una estructura similar a la que se esperaría si dos cromosomas parecidos a los cromosomas 2a y 2b del chimpancé se fusionaran extremo con extremo.
Otra evidencia importante la podemos encontrar en las estructuras Teloméricas y Centroméricas.
El Telómero es una región de ADN repetitivo que se localiza en los extremos de los cromosomas, evitando su deterioro.
El centrómero es el punto en el que se entrelazan las dos cromátidas hermanas (hebras de ADN duplicadas que forman los brazos de cromosoma)
Estudios han revelado que nuestro cromosoma 2 posee cuatro secuencias telomericas. Pero, ¿Cómo es esto posible? Muy fácil…si hubo fusión entre los cromosomas 2a y 2b, deberíamos tener regiones teloméricas en los extremos y en el interior del cromosoma. Y esto es justamente lo que ocurre!!!
Por otro lado, normalmente un cromosoma posee un solo centrómero, pero en el cromosoma 2 podemos ver restos de un segundo!!!
Para finalizar, los genetistas pudieron comprobar la gran similitud en la información genética que cargan estos cromosomas por la Técnica de Bandeo G. Esta técnica nos permite obtener patrones de bandas únicos para cada cromosoma.
La figura muestra el cromosoma 2 a la izquierda (rotulado Hu, de humano) y los dos correspondientes del chimpancé (rotulados Ch, de chimpancé). Por Bandeo G se observó casi el mismo patrón, lo que representa otra evidencia fuerte de nuestro parentesco.